El mundo en que vivimos es conducido por el deseo de hacer dinero, en la mayoría de los corazones, cueste lo que cueste: estafar, mentir, robar, oprimir, desinformar, ocultar, son los medios empleados, realismo que nos rodea y que debemos asumir. Valor único, propósito único, único prisma para ver la vida en números, el dinero, como única motivación para vivir, algunos hombres quieren llegar a reunir mucho pero mucho dinero para… ¿ir a dónde? ¿Para comer y vestir más que otro hombre? ¿Para consumir más? Un corazón vacío y una cabeza vacía no pueden llenarse con cosas materiales, con objetos, los que existen porque tiene como base los recursos naturales.
«No te preocupes
22Entonces que Jesús dijo a sus discípulos: "por lo tanto te digo, no te preocupes sobre tu vida, lo que se come, o sobre su cuerpo, lo que vas a llevar. 23 Por la vida es más que el alimento y el cuerpo más que ropa. 24 Considera los pájaros: no siembran o cosechan; no tienen almacén o granero, pero Dios les da de comer. Cuánto más valioso es el hombre que las aves! » Lucas 12:23
La ciencia de la economía es necesaria pero sin un marco ético, esclaviza, se vuelve salvaje, caótica. Ella debe estar al servicio de la vida: mejorar la calidad de la vida humana, elevar la salud, la educación, mejorar la vivienda y el medio ambiente donde el hombre se desarrolla.
La Economía y la tecnología son subyugadas por una carrera desenfrenada de producir más, más rápido y al menor costo. Todo lo que haga más lento a este proceso de producción por ganar dinero está condenado: el feto y la madre que lo porta, la infancia, las personas ancianas, los enfermos, los pobres.
El hombre y la mujer trabajadores corren para ir a trabajar. Durante largas jornadas de ocho horas intentan, al ritmo similar al de una máquina, de producir más de lo que su físico y su mente le permiten hacerlo en forma natural.
Este hombre obrero puede dormir entre cuatro y seis horas al día. El resto del tiempo es para educar a sus hijos, preparar sus comidas, que terminan siempre siendo rápidas, ir al baño, hacer algunas compras, asear un poco su casa, hacer un mínimo de ejercicio para tratar de mantener la salud, ir baño, asearse y viaja dos horas para llegar y volver de su trabajo como mínimo.
Este ritmo enfermizo, mal llamado ritmo de vida cuando en realidad es ritmo de trabajo, y el hecho de vivir en la ciudad, lo alejan de la naturaleza.
Un hombre que se sorprende por el maravilloso equilibrio que la naturaleza presenta para dar vida a todo un planeta entero con todas sus criaturas y que además forma el hábitat de los hombres, equilibrio que el hombre mismo ha interrumpido, no puede seguir pensando en que es un ser insignificante que nació para morir sin más.
Un hombre que descubre la divinidad de la vida en la naturaleza llegará a descubrir su propia divinidad y la de otras formas de vida. Cuando mira hacia el cielo, verá como el sol, la luna, las estrellas y los planetas son necesarios para asegurar su presencia en la tierra.
"La idea de que algunas vidas valen menos que otras es la raíz de todo lo que va mal en este mundo".
Dr. Paul Farmer
Este Un hombre comprenderá el valor de la vida, la de su vida y la de toda forma de vida. La importancia de tener tiempo para vivir; que él está aquí para comportarse en justicia porque vendrá un tiempo donde el Creador de toda la vida, vendrá a él preguntando cómo usó a todas sus obras. Aprenderán que es un ser trascendental y que nadie lleva una existencia sin sentido porque hay una vida después de la muerte, gracias al plan de la salvación divino.
Sabrá que la simplicidad, la frugalidad es una actitud correcta para hacer que todos los hombres tengan una vida con un mínimo de confort y de calidad en igualdad de condiciones.
Mejorará el vivir de su momento presente porque este es el que forma su pasado y su futuro y los tres se merecen dejarlo con calma, con felicidad y con recuerdos agradables.
Agradecerá estar vivo. Alcanzará a comprender que la misericordia, la paciencia, la empatía, la pureza de intención, el ser justo, optimista y generoso son las leyes de su evolución que le permiten progresar de su etapa de hombre individuo primitivo al de persona humana reconociendo la divinidad en todas las cosas.
Namaste. Amén.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS SOBRE TEXTO ©, CECILIA RE, 2016. Usted puede citar este texto por la mención siguiente: RE, Cecilia. (2016) El valor de la vida (artículo). Reperado (fecha) sitio web.
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